A veces nos gustan tanto algunas cosas que somos capaces de crear absurdas listas, esperas, o cuentas atrás por ellas. Cuando sabes que en un futuro vas a disfrutar alguna de ellas, empiezas una extraña era en la que tu rutina se ve afectada por el saber que dentro de un tiempo estarás allí, disfrutando. Es sorprendente que, aunque a muchas otras personas les parezca inútil y absurdo lo que haces, a ti no te lo parezca. Porque a ti te gusta y te divierte poner algo de alegría en cada día hasta que llegue la ocasión que tanto esperas y ansias. Por así decirlo, disfrutas la espera de algo que disfrutarás mucho más. Es fantástico...
Si digo esto es porque estoy llevando a cabo desde hace ya un tiempo una enorme cuenta atrás que posee un total de 324 días de espera. Y hoy mismo sólo quedan ni más ni menos que 300. Sí, es muy raro hacer una cuenta atrás de tanto tiempo, pero es que estoy seguro que la recompensa lo compensará. Y esta recompensa, si todo va bien y finalmente llega el día, se describe con tres palabras: Disneyland Resort París. Efectivamente, mi espera es para el viaje a la capital francesa de unos días, en los que dos de ellos serán para visitar los dos parques que posee el resort: Disneyland Park y Walt Disney Studios. Son una ciudad y un resort en los que nunca he estado y, pese a que falten muchísimos días para estar allí, ¡ya tengo unas ganas tremendas!
Todo empezó una noche de finales de Septiembre, en las que por sorpresa se me dijo que en Agosto de 2013 iríamos de viaje a París, y también a Disney. Es de esos momentos que a veces te da la vida por sorpresa y que te hacen enormemente feliz. Estaba tan entusiasmado que rápidamente planeé e hice en una cartolina una cuadrícula de 18x18 cuadritos, que representan los días totales de la cuenta atrás. Y seguidamente dibujé las formas y elegí los colores que utilizaría en los cuadritos. Me decidí por letras de colores alegres, que dijeran "DisneylandRP" (las siglas de Resort París). Y así lo estoy haciendo. Cada día pinto un cuadrito del color correspondiente y preparo el color del día siguiente. Así hasta que acabe la espera y "complete el mosaico". Se ha convertido en una buena rutina...
A algunas personas les parecerá absurdo hacer una espera de 324 días respecto a los dos que durarán las visitas a los parques, pero a mí, un gran aficionado a los parques temáticos y a las atracciones, no me lo parece. Es algo que me hace muchísima ilusión y que no pienso dejar de hacer hasta que llegue el día. Es posible que por alguna razón finalmente no vaya y me quede con las ganas de ir y la cuadrícula moralmente vacía, pero prefiero no pensar en esa posibilidad. Nunca he hecho algo así y de momento me está gustando mucho, aunque tampoco es algo espectacular. Es una pequeña dosis diaria de ilusión personal que acabará en dos grandes días inolvidables.
Seguramente cuando la mayoría de gente lea esto la cuadrícula de la ilusión siga igual que en la foto que os he dejado, o a lo mejor leeréis esto mañana y yo ya habré pintado otro. Lo único que sé es que cada día pintaré uno de ellos hasta pintar el último, y que en este dibujaré esa sonrisa que tanto habré ansiado. La sonrisa de la espera terminada. La sonrisa de la nueva dirección: Disney.