Una de las cosas que me gustan cada vez que Alton Towers estrena una nueva atracción, es todo el misterio que la envuelve. Como preámbulo a la atracción, en el Scarefest de 2017 -el evento de terror que realiza el parque- había un pasaje llamado "The Welcoming: Be Chosen", presentado como una precuela de lo que seria la nueva atracción, codificada como Secret Weapon 8. 

Y de ahí nace "The Wickerman", la primera montaña rusa de madera que tiene Alton Towers, además de ser la primera que incluye efectos de fuego en su recorrido, y la primera montaña rusa de madera que se construye en el Reino Unido desde hace 21 años. 

The Wickerman

Cuando llegas a la zona, la imponente figura de The Wickerman vigila la entrada. Me la imaginaba en medio del circuito, no tan cerca y accesible, por lo que impresiona ver los trenes pasar y ser engullidos por este ser mitológico. Si te acercas, puedes escuchar la madera crujir, restos de humo que salen de la estructura, y efectos de fuego en el interior. El día de mi visita, los efectos de fuego real no funcionaban, así que no los pude ver. El único punto negativo es que al estar tan cerca de la entrada, los efectos de fuego -falso- que hay dentro de la estructura, quedan poco creíbles. 


Las colas son una delicia. Huele a madera recién cortada, y pasan alrededor de toda la montaña rusa, por lo que puedes ver los trenes pasar a toda velocidad, algunas veces muy cerca de las colas. Incluso hay zonas elevadas que te permiten ver la inmensidad de la atracción. Una vez entras en el edificio de madera, el poblado te da la bienvenida, y allí descubres que este poblado está protegido por The Wickerman, pero a cambio deben hacerle ofrendas regulares. Y tu formarás parte de esas ofrendas... Así que ya no hay marcha atrás. Vas a ofrecer tu alma en el ritual de iniciación. 

Si eres un amante de las montañas rusas, sabrás que la parte trasera del tren, ofrece muchas más sensaciones que la delantera. Y esta montaña rusa de madera tiene un muy buen recorrido, dos momentos en mitad del recorrido en el que el tren adquiere una velocidad que parece sobrenatural, como si el mismo Wickerman impulsara el tren, y unas curvas peraltadas que son una maravilla. Y lo más importante de todo: una suavidad brutal, y ninguna vibración durante todo el recorrido. 

Puntos positivos: 

Puntos a mejorar: 

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