Viaje a Disney IV – Walt Disney Studios Park

Hoy durmimos un poco más. Después de casi más de 24 horas despiertos, buses, un vuelo, y todo un día de emociones y magia en Disneyland Park, nos permitimos el lujo de dormir un poco más. Media hora más, porqué de los nervios y ganas de ir a visitar los studios no podíamos más.

Nuestro hotel estaba en Bussy Saint-Georges, y se llama  premiere classe. Es de los normalitos, lo vamos a usar para ir a dormir, ya que vamos a estar todo el día en los parques, así que el más barato, y a dos paradas en tren de los parques es genial. Tiene el baño prefabricado, y la ducha es un plato de ducha de plástico redondo donde la cortina se te pega al culo. No sé qué es peor, la cortina o la pared! Fuera bromas, solo hay que temer al guarda que está en la puerta, que lleva pistola. No, vale, ya está. Era broma también. Todo muy correcto, un buen servicio y todo limpio. Incluso hay desayuno por 5€, pero con unas galletas y zumos del Mercadona (como no) te los puedes ahorrar y destinar, por ejemplo, a las compras –que eso va en un blog a parte de lo que ocupa jaja-

En los Studios, hay un destino principal. Desde hace días, semanas, meses, años y mucho tiempo: The Hollywood Tower Hotel. Ya hace años que he oído a muchos de vosotros hablar de ella, he visto vídeos por Internet (logrando evitar cualquier secreto de lo que pasa una vez subes al ascensor) he visto su construcción... Y ahora está allí delante, majestuosa, abriendo las puertas de los ascensores y viendo y escuchando a la gente subir, caer y gritar. Sacamos Fast Pass, y nos metemos directos a la cola, así podremos subir dos veces.

Esta vez es la primera que pisamos un parque del estilo de estudios de cine, y como no, todo está muy bien pensado. A la entrada, después de la plaza de torniquetes, entras en un estudio enorme, que es un plató de una calle de Hollywood repleto de tiendas y algún que otro restaurante. Cartelito de Hot Set, la estructura trasera del decorado, las cámaras, los focos, los centenares de luces de diferentes colores que hay en el techo... Al ser unos estudios de cine, y como si fuera un plató gigante, hay edificios que son "de mentira", y te muestran sus vigas y soportes, mientras confundes otras con la realidad. Supongo que esta también debe ser la magia de este tipo de parques. Es otro punta de vista, muy curioso y que me encantó. Todo está al detalle –como no- las papeleras pidiendo que dejemos limpia la ciudad, o las de las atracciones al estilo correspondiente, las calles con placas de Mickey en el suelo delante de una cinta de película, el asfalto...

Incluso cada Fast Pass está ambientado a cada atracción, por ejemplo, el de la tower las máquinas eran maletas puestas en posición vertical, repletas de pegatinas de diferentes hoteles y ciudades, y diferentes objetos personales de los "clientes" encima de ellas (os dejo fotos), o las de la batalla láser de Buzz Lightyear eran máquinas que simulaban estar conectadas por cable al techo de la atracción. Una gozada todos estos detalles.

Cámara en mano, y fotografiando todo, nos adentramos por fin a nuestro nuevo hotel. Hacemos cola para ver como son, y así va pasando el tiempo para que podamos usar y sacar otro Fast Pass, aunque las colas no son nada del otro mundo, al menos las exteriores, que están en los laterales del hotel. La cosa se empieza a poner interesante cuando estás a punto de entrar por el portón al hall del hotel. Impresionante el nivel de detallismo que encuentras allí dentro, todo un hotel de lujo abandonado, un ascensor derrumbado, y una librería donde los cast members te aconsejan no moverte del medio, por si las moscas. Obedecemos, sin saber lo que puede pasar a partir de ese momento, y seguido nos encontramos en una sala de maquinas enormes, con unos ascensores al fondo. Nos colocan en fila, delante de la puerta. Estamos nerviosos, porqué hemos visto a un cast member abrirla antes de golpe y asustar a los que estaban allí delante. A nosotros, menos mal, no nos asustan, y nos sentamos en la tercera fila. Cinturones abrochados, y "¡din!" se cierran las puertas, y llega la primera sorpresa: vamos para atrás. Y nos elevamos rápido hasta un primer piso, para después pasar a un segundo. Y de repente: ¡bam! No había reído ni me había sorprendido tanto una atracción, sin saber si caeríamos, subiríamos de nuevo, o qué iba a pasar. Las puertas se vuelven a abrir, otra vez en la planta baja, y una cast member, seria, cuenta con el dedo cuantos somos, por si alguien se ha quedado en la cuarta dimensión. Me declaro fan de esa cast member, junto a otro (con el cual lo encontramos por la parte de fuera del hotel, y nos pudimos hacer foto) y a la chica no le pedimos foto porqué la vergüenza se apoderó de nosotros, pero lo hacía genial. Fan total.

Llega el momento de ver la foto, y como fans incondicionables de la tower que éramos, y que somos ahora mucho más de haber montado, la compramos, mientras la tarjeta de crédito empieza a sentirse un poco acosada por lo que le puede pasar en la tienda de la tower of terror. Me esperaba más merchandansing acerca de la atracción, incluso encontramos una llave que no se vendía allí y sí en otras tiendas del parque. Pero esto va en la próxima review, la de tiendas y restaurantes.

Nos ha gustado tanto, que vamos directos a usar el fast pass que hemos sacado hace un rato. Y volvemos a subir la mar de felices, sorprendiéndonos que esta vez el track de la atracción es diferente. En vez de subir a la primera planta, bajamos, volvemos a bajar hasta la segunda, y creyendo que subiríamos, volvemos a caer mucho más. Alucinante. ¿No habéis bajado alguna vez de alguna atracción diciendo que volverías a repetir una y otra vez sin siquiera bajar del tren? Yo aquí me pasaría el día entrando y saliendo, admirando como si fuera la primera vez que entro cada una de las veces.

Nos dirigimos a Studios Tram Tour, un paseo por el backstage de unos estudios de cine. Es interesante, sobretodo la escena del cañón, la más impactante y alucinante, aunque le faltan más cosillas, ya que mucho trayecto es de paseo, sin nada que ver o sin que pase nada.

Los estudios también tienen parada propia, Stars and Cars –os dejo vídeo adjunto- que aunque sea un poco corta, es muy bonita, y los coches son muy curiosos. Y al acabar, nos dirigimos a Cinemagique corriendo, aunque vemos que no somos los únicos que lo han pensado, y se han situado también estratégicamente cerca de la entrada del teatro para ver la parada y dirigirse corriendo hacia allí. Es genial, se entremezcla una historia de amor entre el teatro con diferentes películas de la historia del cine, donde la realidad y el film, llegan a ser la misma.

Tampoco os podéis perder Animagique, que aunque no lo pudimos ver entero por problemas técnicos y nos echaron a todos del teatro (así, tal como lo cuento). Es una representación en vivo de muchas de las historias de Disney, jugando con la oscuridad y elementos fluorescentes. Muy bonito, emotivo, y de los espectáculos que te sacan la lagrimilla.

Quedan aún tres espectáculos más en el parque, art of Disney animation, donde descubres lo que hay detrás de algunas películas Disney; Armagedon, les effets especiaux, que después de estar acostumbrados a Templo del fuego, no impresiona mucho. Es más, los asistentes tienen que decirte por donde mirar para no perderte nada. Parece que te vayan a quemar las pestañas, solo digo eso. Y finalmente, moteurs action, un stunt show la mar de curioso, ya que lo han enfocado como si fuera el set de rodaje de una película, y mientras la directora te va contando la escena que van a grabar, vas viendo como preparan todo lo necesario para esa escena.

Aunque parece un parque pequeñito, aún quedan muchas cosas, una de ellas Crush's coaster, la primera indoor que probaba en mi vida. Por el tipo de atracción que es, suele tener bastante cola (vimos hasta dos horas de cola un día) así que a última hora, nos adentramos casi los últimos habiendo 45 minutitos. La tematización es un poco escasa, pero a mi me encantó el efecto que hay de debajo del mar, y ese lift que no se hace aburrido como en algunas otras coasters. Me encantó esa sensación de estar en un espacio cerrado, ver otras vías, pero sin saber cuál era el próximo tramo, pero unas sensaciones la mar de divertidas.

Hay otra indoor, la de Rock & Roll with Aerosmith, también toda una currada lo ambientada que está en un estudio de grabación, y sobretodo esa suavidad a lo largo de todo el recorrido.

Queda aún toda el área de Toy Story Playland, toda un área dedicada a ese maravilloso mundo de juguetes, donde hasta toda la tematización está relacionada con elementos de juguete: las vallas, las luces... Subiomos a RC Racer, que no pensamos que daría tanta sensación, ni que estuviera tan inclinado, aunque dura bastante poco. Incluso las colas de esta atracción están tematizadas como si fuera un scalextric. Simplemente genial.

No dio más tiempo a más cosas en los studios, aunque hubiéramos dado lo que fuera para subir otra vez en la tower of terror, pero sé del todo seguro que vamos a volver.

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