Más vale tarde que nunca...

 

Hacía casi un año que no pisaba el parque y le tenía muchas ganas.

La primera parada fue, cómo no, estrenar Shambhala. Ya no podía más. Había hecho lo imposible para no "spoilearme" la atracción. Al contrario que muchos, preferí no seguir las obras ni las recreaciones de cómo sería para tener una sorpresa mayor cuando finalmente la probara. Creo que valió la pena. Lo de la primera bajada no me lo esperaba. Para nada. Bueno, reconozco que la enorme ascensión me dio alguna pista, pero una vez en la cima, no ser capaz de ver el raíl de la inclinación que tenía fue increíble. Aún así, después de la primera bajada no mata, pero de todas formas, es la bomba. A mi amiga no le terminó de gustar (no por la experiencia, le dolió un poco que restara encanto al dragon khan), pero yo creo que cualquier atracción que sea capaz de hacerme gritar en la subida se merece notaza.

 

Pensé que al haber subido primero a Shambhala encontraría las otras atracciones un poco sosas, pero no. El Furius, no sé si era porque era la priemera vez que lo probaba de noche, porque lo acababan de arreglar o porque subía con alguien que nunca lo había probado, fue verdaderamente genial. Nunca me lo había pasado tan bien en esa atracción. El DK, incluso con tanto raíl de por medio, seguía siendo especial. Pero nada -NADA- supera a mi amado último vagón azul de la Stampida. Para mí es lo mejor del parque.

 

No pude subir al HK. Siempre había una cola enorme, incluso si elegías ir solo, y cuando finalmente nos decidimos a hacerla y ya llevábamos 40 minutos o así la atracción se averió. Como se nos hacía tarde para las Noches de Fuego nos tuvimos que ir. No me enfadé por lo que tardaron en repararlo, es normal, con lo saturado que debería estar el personal con tanta gente. Lo que sí me puso de los nervios fue la peste a porro que lo inundaba todo. Y no fue solo en el HK, estaba por todas partes. Los otros días también te puedes encontrar a gente fumando por el parque pero lo de esa noche era demencial.

 

Espectáculos:

 

TdF: Creo que hacía años que no veía tanta cola para el Templo. Cuando volvieron a empezar los pases, a las 5:30 o así, hubo un momento en que la cola llegó a la parte de México que ya no es selva. Recuerdo que no sé por qué tardaron mucho en abrir, y al final se me hizo tarde y no pude ir a esa hora. Cuando regresé por la noche me encontré con la versión más corta del pre-show habida y por haber y con referencias -ay, Dios- al Ai Se Eu Te Pego. El espectáculo, bien. El fuego que sale por arriba era un poco débil, pero el resto de efectos, muy bien.

 

Saloon: No mata. La nueva cantante tiene una voz espectacular, pero el show en sí tiene un guión muy flojito. Si el voluntario que sacan no hubiera sido mi amigo, me hubiera aburrido un montón. Tampoco me gustó el nuevo vestuario, la elección de canciones ni -cómo no- las referencias al Ai Se Eu Te Pego.

¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¿Por qué esta canción está plagando el parque? ¡Es como una especie de gag recurrente, pero que ya no tiene gracia! Bueno, no es que ya no la tenga, es que nunca la ha tenido! Quien fue el iluminado que dijo "pongámoslo en este espectáculo, ya verás como se ríen. Qué leches, pongámoslo en todos!"

 

Noches de Fuego: Se me quedó cara de poker al ver a los brasileños ahí bailando. Repasamos otra vez el mapa para ver si nos habíamos equivocado de lugar, y creímos que sí. Nos levantamos a media función para buscar a los bailarines polinesios (creíamos que actuaban dónde el Makamanu) pero no hubo manera de dar con ellos. Al final nos fuimos al Kon Tiki Wave, y des del barco vimos el fuego. Llegamos al espectáculo cuando hacía un rato que había empezado, pero aún así fue genial.

 

Fiestaventura: Precioso. Hacía años que no lo veía y de verdad que es muy bonito. Menos el final, el final es lo peor. No sólo la música, que rompe con la majestuosidad de la banda sonora de Fiestaventura, también todo eso de las motos de agua y el fuego. Al final hubo como una especie de traca, pero duró demasiado y pareció un soldadito que se había quedado rezagado y que se le había ido la olla y había empezado a disparar a todo como un loco.

 

Acciones especiales de la Noche Blanca: Ni idea. Esquivamos la fiesta de la espuma y la música con la esperanza de encontrarnos menos gente en las atracciones (pero aún así había un montón). Lo que sí que vimos fue la batukada, y estuvo genial.

 

Resumiendo: básicamente ese día hice lo que haría un día normal pero repartido entre más horas. Un día cualquiera, cuando el parque no está a reventar de gente, me da tiempo a subirme a casi todo lo interesante y, si me organizo, de ver un par de espectáculos. El día 30 lo mismo, pero en vez de hacerlo en 8 horas lo hice en 16 por las enormes colas. Aún así, tengo que reconocer que poder disfrutar del parque a una hora rara tiene un nosequé que me encanta, y creo que repetiré.

 
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