Gracias a una promesa de mi padre en la cola de Shambhala, que volveríamos antes de que terminara el año a Port Aventura, aquí estoy, a dieciséis días contados de Port Aventura. Y hace tres meses que fui, pero... Port Aventura es adictivo, una vez lo pruebas, ¡te desesperas por volver! Sin express, sin pasar ninguna noche, pero eso sí, con muchísimas ganas y como loca por volver a Shambhala, ¡aquí estoy!

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