"Maravilloso, espectacular, imprescindible"

Perdido en la ondulada campiña francesa se encuentra el castillo de Puy du Fou, destruido durante la Guerra de Vendée, que tuvo lugar durante la Revolución Francesa. A su alrededor se extiende un centenario bosque que da cobijo a un parque que no tiene igual (lo tendrá, pero dentro de un par de años).
Este parque es Puy du Fou, una maravilla algo desconocida fuera de Francia que no se puede perder todo aquel que esté interesado en la historia y/o en los espectáculos. El segundo parque en visitas del país está muy bien integrado en el entorno, hasta llegar no se ve prácticamente ninguna infraestructura.
Primero de todo hay que tener en cuenta que Puy du Fou se divide en Grand Parc y La Cinéscénie. En el primero se encuentra casi toda la oferta del parque (espectáculos y gastronomía, principalmente). El segundo es el gran espectáculo nocturno que se realiza de junio a septiembre.
La ambientación de los recintos es espectacular, da una buena idea de lo que espera en el interior. Clásico, medieval, barroco… Todo es una maravilla. La calidad de los espectáculos y la cantidad de recursos humanos y técnicos deja perplejo a cualquiera. Están a la altura de las grandes superproducciones y supera con creces muchos otros parques que, si bien también dedican muchos recursos, no son capaces de llegar al nivel de Puy du Fou.
Los horarios de los espectáculos permiten ver los principales durante un solo día, pero, dado que no se puede prever la afluencia de la gran cantidad de visitantes que puede absorber el parque y algunos espectáculos llenan el aforo, es recomendable disfrutar del parque durante dos días. Especial mención a los walk-through, que son el complemento perfecto a los espectáculos, ya que se pueden visitar en horario continuado y son la mejor opción para rellenar huecos entre espectáculos.
La gastronomía tal vez es el punto más débil del parque, sobre todo para aquellos no acostumbrados a la dieta francesa. En los bocadillos se echa de menos el pan con tomate y/o aceite, ya que suelen ir acompañados de mantequilla. No obstante, hay platos bastante ricos. Solo se necesita un poco de tiempo para comparar la oferta de cada restaurante. Atención a la panadería que se encuentra cerca de la tienda de recuerdos. Gran variedad y calidad. El olor de pan artesano hecho el mismo día da ganas de comprarlo todo.
Por lo que respecta al merchandising, la grandísima tienda situada en el poblado Le Bourg 1900 tiene de todo, desde mantas, mochilas y camisetas a imanes, tazas o la banda sonora de los espectáculos principales. De todo.
El trato al cliente del personal del parque también es excelente, proporcionan todo tipo de información o indican a dónde hay que ir para obtenerla. Todo ello con una gran sonrisa.
Para facilitar la visita al parque, cada día se renueva el mapa del parque con el horario del día y un pequeño avance del día siguiente. En esta línea (favorecer la visita), hay que destacar que saber francés no es imprescindible para disfrutar del parque. La aplicación permite disponer de traducción simultánea en los espectáculos de teatro para disfrutarlos al máximo. Por otro lado, los walk-through más recientes disponen de alguna cartelería en francés e inglés, que también permite conocer su contexto.
Por último, hay que destacar que uno no se puede perder La Cinéscénie, el espectáculo nocturno más grande del mundo. El broche de oro a la visita a Puy du Fou. Tiene una capacidad de 14.000 personas y hay que reservar con antelación (en cuanto salen las entradas a la venta en noviembre), ya que la gran demanda hace que se agote la disponibilidad de entradas.
Sin duda alguna, Puy du Fou es de los mejores parques de Francia. En cuanto a espectáculos, el número uno. La calidad de sus espectáculos es difícil de describir, hasta el punto en el que las fotos y vídeos que uno pueda ver no hacen justicia a la maravilla que le espera. Creo que mucha gente fuera de Francia desconoce este parque, pero sin duda es un imprescindible de Europa que nadie debería perderse.
Recomendaciones:
- Planear una visita de dos días para no ir pendiente todo el día del horario.
- Estar atento a la puesta a la venta de las entradas de La Cinéscénie (en noviembre) para no perder la oportunidad de disfrutarlo.
- Calzado cómodo que no importe que se ensucie en los caminos de tierra.
- Descargar la aplicación y llevar auriculares para poder disfrutar de las traducciones simultáneas en los teatros (Wi-Fi disponible).