El Ferrocarril Aéreo fue la primera gran atracción mecánicade ingeniería del Tibidabo. Este tren monocarril colgado se construyó a partir de un proyecto del ingeniero en jefe del parque, Marià Rubió i Bellver, y el 22 de mayo de 1915 fue inaugurada con gran expectación.

"La combinación de la conquista del cielo con el tren era una atracción enorme para los barceloneses de aquella época", explica Marià Hispano, archivero del fondo del Parc d'Atraccions del Tibidabo.La última novedad en tecnología al servicio del ocioLas dos vagonetas del tren circulaban suspendidas a una altura máxima de 25 metros y, por tanto, las vistas de la ciudad de Barcelona eran espectaculares: "A los barceloneses les daba la sensación de conquista de un espacio", explica Hispano al referirse a una época en que la ciudad crecía con la construcción del barrio del Eixample.Entonces, hacer un viaje con el Ferrocarril Aéreo costaba 50 céntimos (pesetas) y se hacía una puesta en escena muy similar a la de un transporte habitual: "Había un conductor en el primer vagón y también azafatas en cada uno de los vagones para dar la sensación de seguridad y de confort", detalla Hispano.Un siglo manteniendo su esenciaLa atracción ha sufrido pocas transformaciones a lo largo de los 100 años de vida. La primera fue en 1980, cuando desapareció la figura del conductor. Un período de 11 años más tarde el Ferrocarril Aéreo se robotizar y pasó a llamarse 'Aeromàgic', y la magia se convirtió en la temática central de la atracción.En 2005 se volvió a cambiar el nombre y se bautizó como 'El Magatzem de Bruixes i Bruixots' o 'Buri-Buri', nombre que ha perdurado hasta la actualidad.El Ferrocarril Aéreo es la atracción más antigua del parque que todavía está en funcionamiento. Le siguen la 'Talaia', que se inauguró en 1921, y el avión, que llegó en 1928.

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