"Vale mucho la pena visitarlo"

El pasado mes de abril tuve la ocasión de visitar Palma Aquarium, y el azar quiso que coincidiera con la Fiesta del Medioambiente. En el artículo “Guía de Palma Aquarium” doy detalles del acuario en sí, así que no entraré en estos detalles aquí.
Como biólogo marino, suelo ser bastante crítico con los acuarios, ya que espero que las recreaciones sean lo más detalladas y realistas posibles respetando el bienestar de la flora y fauna exhibidas lo máximo posible. Dicho esto, puedo decir que Palma Aquarium me gustó bastante. Los acuarios están muy bien mantenidos y tienen una gran variedad de especies. Las recreaciones de los principales ambientes mediterráneos, oceánicos y fluviales son preciosos. El Gran Azul tal vez sea el tanque que más soso parezca al ver un gran espacio con un fondo azul monótono sin otros elementos, pero una zona costera más o menos alejada del litoral es así. Peces nadando en todas direcciones. Tal vez la mejor parte de este acuario es la parte del fondo, donde los animales interactúan no solo entre ellos, también con los elementos que hay (cuevas, restos de un barco…).
Solo mencionar un par de minucias como puntos negativos. La primera, más o menos doble y puede que más personal, es que eché de menos carteles que visualizaran qué ambiente recreaba cada acuario, a modo de título, aún sabiendo que la información referente a cada ambiente se podía consultar en las pantallas táctiles. Comparando Palma Aquarium con Aquarium de Barcelona, en éste último tengo más claro “el hilo argumental” de los acuarios del Mediterráneo (de menor a mayor profundidad, con ambientes de más o menos hidrodinamismo) ya que hay carteles muy visuales. En cambio, la idea de las pantallas táctiles me pareció genial, ya que en poco espacio se puede dar mucha información que en carteles podría saturar y, además, el formato facilita que esté actualizada y disponible en varios idiomas. Lo malo es que solo había una pantalla por acuario y si coincidía bastante gente, había que esperar para acceder a ella. El desarrollo de una aplicación sería una solución muy práctica a este pequeño inconveniente. 
La otra cosa negativa es que los guías del acuario estuvieran en la zona “Toca-toca” esperando que los visitantes llegaran, en lugar de estar repartidos por el recorrido o esperar en la entrada. Eso sí, se ofrecían muy amablemente y espontáneamente a dar información, a pesar de tener que volver al principio y repetir algunos espacios ya vistos. Puede que esta situación solo se diera al ser primera hora, cuando hay menos visitantes, así que tal vez solo fue una experiencia algo negativa puntual. 
Pasemos a otras cosas buenas: la zona exterior. Se agradece muchísimo que no todo el contenido del acuario sea indoor y poder pasear por los jardines disfrutando de la vegetación y las peceras. Además, los pequeños agradecerán mucho la zona de juegos. En esta zona, se puede ver un poco de la labor de protección ambiental y concienciación que desarrolla Palma Aquarium a través de la Fundación, como es el caso de la tortuga Kalos. No solo tienen un espacio más que adecuado para la recuperación de tortugas, además está lleno de paneles explicativos. De hecho, Palma Aquarium está implicado en muchas más acciones, no solo de protección sino también de divulgación. En este sentido, algunas de las actividades programadas en el marco de la Fiesta del Medioambiente permitieron que los visitantes que no las conocían, como era mi caso, se hicieran una idea de los trabajos del acuario. 
Así que visitar Palma Aquarium es bastante recomendable, no solo para disfrutar de las vistas que ofrecen sus diversos acuarios, sino para aprender y tomar conciencia de la riqueza que nos ofrece la naturaleza en un ambiente que, aunque lo disfrutemos en verano, es mayoritariamente desconocido.