En el mundo de los espectáculos hay proyectos buenos, proyectos malos y también hay estafas. Servicios vendidos a precio de oro de un nivel bajísimo. Servicios de nula calidad creados exclusivamente para sacar el dinero a la gente.

Este tipo de servicios acostumbra a tener una gran campaña publicitaria detrás, para "vender humo", dar imagen corporativa seria y captar gente. En el caso de Scream Nights Cambrils, ni tan siquiera se esforzaron en esto último.

A diferencia de Horrorland (que también está recibiendo críticas), el evento de Tarragona ni tan siquiera invirtió grandes cantidades en publicidad. Algo olía mal. 

El supuesto "Parque de Terror más grande de Europa" no tenía prácticamente presencia en medios y su penetración en redes sociales era nula. "Quizás acaba siendo un diamante en bruto", pensé. "Puede que hayan destinado todos los recursos a la calidad del espectáculo".

Con este pretexto decidí sumergirme en las Scream Nights de Cambrils el viernes 12 de octubre, ¡Una noche terrorífica!

EL LUGAR
Nada más llegar al Parc Samà me sorprendí de la cantidad de personas que se habían animado a venir al evento (950 según la organización).

El parking, situado en pleno descampado, era espacioso. Personal de staff se dedicaba a distribuir a los coches para evitar aglomeraciones. Punto a favor.

El parque abrió a las 20:00, tal y como estaba estipulado, y pudimos entrar en poco más de 10 minutos después.

Decir que el entorno es idóneo para este tipo de espectáculos. Un parque gigante (14 hectáreas) y muy oscuro. Pasear por los viales da miedo (en el buen sentido); si el volumen de gente al día se redujera la sensación de terror sería increíble.

ANIMACIÓN CALLEJERA
90 actores anunciados. Quizás conté entre pasajes y calle no más de 30. Viendo la animación de los viales uno podía empezar a intuir ya dónde se estaba metiendo.

Disfraces cutres. Maquillaje barato. Caretas de plástico y máscaras que puedes encontrar en cualquier fiesta de Halloween con amigos.

La gente del parque se reía de los actores. El miedo era inexistente, como si de cine de Serie B se tratara.  

Para más inri, veías que eran las mismas 4-6 personas las que iban dando vueltas por todo el parque e incluso había momentos en las que iban "de paisano", hablando entre ellos o bebiendo Coca-Colas.

RESTAURACIÓN
Primer susto de la noche. La oleada de foodtrucks que uno podía esperar no existía. Un camioncito perdido con bocadillos fríos, otro con bebidas y una pequeña carpa dónde podías echarte a la boca algo caliente.

La relación calidad/precio era criminal. Hot Dogs de calidad mala y hamburguesas minúsculas a 6 y 7 euros, respectivamente. Bocadillos de queso y fuet con pan duro calentado y hechos desde hacía mucho (el tomate del pan era buena prueba de ello). 

Pagando 30 euros uno esperaría aunque fuera comidad de cierta calidad. Como persona involucrada en espectáculos, puedo decir que el coste unitario de esos "bocadillos" era bajísimo, un auténtico engaño para seguir llenándose los bolsillos. 

ESPECTÁCULOS
Más de lo mismo. Nivel bajísimo y para nada acorde al precio. Lo primero con lo que nos topamos fue una carpa a la entrada con un actor que, de nuevo, provocaba risa y mofa entre el público. Gritaba y no parecía controlar la situación. A su espalda, focos de colores y una mesa de mezclas muy "terrorífica" para poner al público en tensión.

Quisimos ver "El Enterrador", pero comenzó media hora antes de tiempo (sin aviso) y cuando quisimos ir nos comunicaron que había terminado.

"Ritual Vodoo" lo pudimos ver completo. Lo cierto es que sentía cierta lástima por los actores. Dos personas, mal caracterizadas en un "escenario" enano y con grabaciones que hablaban por ellos. De verdad os digo que más que intentar asustar parecía que estaban realizando una parodia. 

LOS PASAJES
Aquí viene el supuesto punto fuerte y justificación de la entrada... O el punto en el que te das cuenta de que te están tomando el pelo.

"La Casa de Beuchenne" ni la pudimos probar. A las 21.00 haciendo una hora de cola y a las 23.30 otros 40 minutos sin movernos un centímetro. Según me explicó alguien de staff mucho más tarde, se rompió una máquina de humo y tuvieron ciertos problemas para distribuir a tanta gente. Ya podrían haberme avisado para ahorrarme casi dos horas de espera.

"Scarecrow", el laberinto de maíz que tantas ganas tenía. Ni laberinto ni nada. Un recorrido iluminado y con ruta única. Tres actores en 10 minutos de camino. Dos de ellos vestidos con túnicas y poco maquillaje. El plato fuerte, el señor de cabeza de cerdo y motosierra, no apareció. Lo encontramos al salir echando gasolina a su motosierra detrás de un camión.

"Sectae". Colas para escasos 5 minutos de pasaje. Supuestamente de terror fuerte. Recorrido por una especie de iglesia con monjes que poco miedo daban. Humo a raudales y sustos de "Tren de la Bruja" basados en dar golpes y tirar cosas al suelo.

"Reclusión". El mejor de todos. Algo más trabajado inspirado en una cárcel. Sustos diferentes, más actores y recorrido más largo. Estuvo bien, no al nivel del precio, pero si al menos todo hubiera sido así lo habría pasado bien.

"El Bosque". De nuevo, una muestra más de cómo el espacio sería idóneo para un espectáculo de terror. De nuevo, también, actores con la cara pintada, disfraces simples y nulos sustos a base de grito.

CONCLUSIONES
No me gusta ser negativo, pero este parque no vale la pena, al menos por su precio actual. Si pagaras 10 euros o pudieras pasear libre y pagar únicamente por los pasajes que haces, igual hasta merecía la pena como atracción itinerante. 

Durante las horas finales varios responsables intentaron tranquilizar a la gente, pero de poco sirvió. Se disculpaban por las largas colas y los problemas de gestión, pero no eran conscientes de que el problema real era uno totalmente diferente. No nos quejábamos de esperar mucho, nuestras críticas se basaban en la inexistente calidad de todos y cada uno de los servicios ofrecidos. No hacía falta ser un experto en el sector para ver que todo lo presentado era una tomadura de pelo.

"No todo habrá sido malo, algo os lo habrá hecho pasar bien", me decía el encargado a la 01.20 de la madrugada mientras le recriminaba la falta de hojas de reclamaciones. Ahí, viendo su cara de incredulidad frente a los Mossos y el público, comprendí que la organización seguía sin comprender que la calidad de su espectáculo deja mucho que desar. 

Destacar también que ninguno de los trabajadores tiene la culpa, son meros empleados que hacen lo que los obligan. Mi crítica se centra en la organización del parque. Demencial que pidan semejante cantidad de dinero por un espectáculo que les ha costado muy poco y que son conscientes de su baja calidad.

Digno de mención también el "espectáculo final". Decenas de personas queriendo reclamar y una empresa que no tenía hojas de reclamaciones. La escena, con la gente molesta y el patrullero de los Mossos llegando de madrugada, seguro no se le olvida nunca.

Scream Nights Cambrils, a este precio, no merece la pena. Un espectáculo de feria vendido como referente europeo. Cine de Serie B a precio de festival. Terror en estado puro.

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