Los parques temáticos en España reciben 12 millones de visitantes cada año, mientras que los 25 parques más visitados en todo el mundo suman más de 233 millones de visitantes, y los diez principales operadores de parques temáticos reciben 435 millones de visitantes en todos sus recintos. Son cifras de vértigo que demuestran el enorme atractivo de estos lugares. Pero, ¿por qué nos gusta visitarlos? ¿Cómo se explican estas cifras? Hoy lo cuento en este blog.

Movie World Studios en Parque Warner Madrid. Imagen propia.

Nos permiten la evasión de la realidad y la rutina

Vivimos una vida de rutina, expuestos a los mismos estímulos una y otra vez: todas las mañanas vemos las mismas noticias que nos recuerdan las riñas de los políticos, perdemos una hora en coche o transporte público para ir a un lugar de trabajo que puede gustarnos más o menos, buscamos distraernos consultando nuestro móvil cientos de veces a lo largo del día y dedicamos horas a internet y las redes sociales. Al volver a casa por la tarde tenemos que hacer mil y un recados y luego, si sobra algo de tiempo, es cuando podemos dedicar un rato a nuestros amigos o aficiones. Realmente la rutina del día a día es asfixiante y todo el mundo necesita un día de desconexión de ver en cuando. Es ahí cuando entran en acción los parques temáticos, diseñados expresamente para que nos olvidemos del mundo exterior. Walt Disney diseñó Disneyland de tal manera que desde ningún rincón de su bello parque se pudieran ver los ordinarios edificios de oficinas y residenciales de Los Ángeles, y los mejores parques temáticos del mundo se diseñan según esa misma premisa de evasión.

Son mundos idealizados que podemos explorar al completo

Hay algo que diferencia un parque temático de cualquier otro lugar donde uno pueda desconectar de la rutina del día a día: son mundos idealizados. Quiere decir esto que los parques temáticos representan mundos perfectos: todo el mundo se divierte, los trabajadores sonríen, no encontramos nada de suciedad en el suelo, las plantas están cuidadas con mimo, todo está bien mantenido como si del primer día se tratase y, más aun, nos encontramos en un ambiente completamente seguro, algo que va más allá de la propia seguridad de las atracciones y que se extiende a la inexistencia de delincuencia o violencia. Es un mundo perfecto. Y estos lugares perfectos no son mundos cualquiera: el lejano oeste, una ciudad medieval, un pueblo de dibujos animados, o una sociedad futurista son algunos de entre los muchísimos mundos que se recrean en los parques temáticos, con lo que no solamente son lugares idealizados sino que representan mundos alejados en el espacio y el tiempo, o bien lugares que son producto de la imaginación. Además, en un parque temático podemos disfrutar de manera similar a la que lo haríamos en un buffet libre: pagamos una entrada y podemos disfrutar de todas las experiencias que están a nuestra disposición sin coste adicional, lo cual nos permite explorar sin límites.

Participamos en historias junto a nuestros personajes favoritos

Algo fantástico de los parques temáticos es que nos permiten vivir aventuras junto a personajes que conocemos y queremos. A diferencia del cine, donde somos meros espectadores que contemplan la acción desde una butaca, en los parques temáticos la acción nos sucede a nosotros, nos convertimos en protagonistas y tenemos un rol totalmente activo. Es en los parques temáticos donde nos convertimos en ciudadanos de Gotham City y contemplamos en vivo una persecución entre Batman y el Joker. Es en los parques temáticos donde nos ponemos una capa y una varita de mago para hacer magia en pleno Callejón Diagon. Y es en los parques temáticos donde somos visitantes del camerino de Mickey Mouse y podemos pedirle un autógrafo. En muchas ocasiones los parques temáticos inventan sus propias historias y crean personajes originales; en cualquier caso, nosotros las vivimos en primera persona y somos el centro de la historia. Naturalmente, muchas de estas experiencias se basan en ilusiones, efectos especiales y grandes dispositivos tecnológicos, pero ¿son por ello menos reales?

Nos permiten crear recuerdos junto a las personas que queremos

Tal vez lo más importante de los parques temáticos es que los podemos vivir junto con nuestra familia, pareja y amigos. Son, de hecho, tal vez una de las pocas formas de ocio y entretenimiento completamente inclusivas, donde niños, jóvenes, adultos y mayores pueden disfrutan por igual, así como personas con diversidad funcional y de cualquier otro colectivo. Más aun, los parques temáticos son una forma de diversión muy sana que nos aleja de otras tentaciones como el alcohol y las drogas e incluso nos permite hacer ejercicio (¡uno puede llegar caminar 20 kilómetros al día en un parque temático!). Y lo que es muy importante: los parques temáticos nos ayudan a descansar de la adicción a internet y las redes sociales que gran parte de nosotros sufrimos; alguna que otra foto para Instagram o Facebook cae durante una visita, pero en estos lugares no tardamos en dejar nuestro teléfono a un lado en favor de lo más importante, nuestros seres queridos, para crear recuerdos inolvidables junto a ellos.

¡Son divertidos!

Los parques temáticos son espacios donde poder evadirse de la negatividad del día a día y entrar en mundos de ensueño y fantasía, lugares donde poder emocionarse y vivir experiencias que no serían posibles en ningún otro lugar, y sitios donde compartir momentos inolvidables con familia y amigos. Los parques temáticos son, en esencia, los paraísos de diversión y embajadas de la felicidad. Es por ese motivo por el que estos lugares no dejan de atraer a tantos cientos de millones de personas año tras año.

¿Qué te mueve para visitar los parques temáticos? Puedes compartir tus razones en los comentarios. :)

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