Llegamos a las diez y media al hotel Caribe, cada familia de 3 miembros en su coche, y fuimos los seis al Check-In, que por cierto fue eterno, y luego nos dirigimos al Aquatic Park, donde la madre de la otra familia y la novia de mi padre se quedaron vigilándonos las tumbonas. Mi padre, el padre de mi amigo, mi amigo y yo, la única chica del grupo, nos fuimos a por una buena descarga de adrenalina. Empezamos suavecito: el Río Loco, que yo pasé sin flotador la mayor parte del viaje, y luego fuimos a la piscina de olas. La odisea de los espartanos (ése era el tema principal de nuestro viaje, ya que acabábamos de ver la película "300" y ni mi amigo ni yo podíamos parar de hablar de éso) se complicaba... Allí, yo tuve la idea de bombero de ir hacia el fondo de la piscina (de la mitad de las olas) y luego, a causa del vaivén, no sabía volver. Menos mal que buceando un poco pude regresar, porque luego fuimos a las Barracudas, donde yo y mi padre nos tiramos juntos por los dos toboganes, alternándonos con los otros dos. Sólo voy a decir que íbamos gritando tonterías de los espartanos por el camino. Luego fuimos al Torrente, el cual me hubiera gustado que fuera más fuerte, porque era similar a un paseíto en barca. Y luego, (trrrrr...) ¡EL TIFÓN! Me faltó tiempo para subirme y pasarlo en grande. Mi amigo y yo subimos como mínimo seis veces. Luego, a secarse, a comer, a ducharse en el hotel, y... ¡A PORT AVENTURAA!
Llegamos allí, y ya veíamos Shambhala despuntar por entre los árboles. Me faltó tiempo para decir que me iba a subir allí, ése día o el siguiente, pero que me subiría. Empezamos por el Furius Baco: tras meternos en la cabeza la dichosa musiquilla de la cola durante media hora, nos tocaba. Mi amigo tuvo un pequeñísimo ataque de pánico, pero le pasó enseguida y subimos. Tras ver el vídeo, en el que yo estaba atacada de los nervios y - una "espartana" reconoce sus faltas - cagada perdida, vino el mono, le dio a la palanca, vimos el cadáver del inventor en los engranajes y... ¡ZAAAAS! La atracción se embaló de tal manera que no pude ni gritar, una sensación gratificante como ninguna, una velocidad... Tras la rapidísima pero alucinante vuelta, fuimos a ver las fotos. La mía, que era como serían las próximas fotos, era con el flequillo hacia atrás, de la velocidad, partiéndome la caja. Así de claro. Luego fuimos a los Crazy Barrells, que de pequeños solían ser la leche, pero que ahora fueron un rollo. Luego, los Wild Buffalos: hacía tal cantidad de tiempo que no veníamos a Port Aventura, que era obligatorio subir a ellos. Choques, choques y más choques precedieron a la Estampida: brutal, subidas, bajadas, velocidad... ¡Y sin olvidar los memes de CC de las maderas de la cola! Lo único que tiene ésta coaster de malo es el traqueteo... Pero tampoco puedo quejarme. Luego, para mi desencanto, fuimos al Dragon Khan sólo en vez de al Shambhala, pero no estuvo nada mal. Mi segunda vuelta en el Dragon Khan fue tan espectacular como la primera (que di cuando vine hacía... ¿3? años). Luego volvimos al hotel, cenamos, y a dormir, que mañana toca Shambhala.
Al día siguiente, tras ducharnos y deasyunar, los cuatro "espartanos" emprendimos el camino andando al parque, mientras las otras dos iban en trenecito. Fuimos al Furius Baco, y luego gastamos toda la mañana en subir mi padre y yo a Shambhala, mientras los otros dos iban a los Tronquitos. Shambhala. Cuando estaba en la cola, unos chicos se rajaron y se fueron: todos les silbaban, les abucheaban... No caímos en ése error, y en una hora aproximada de cola estábamos en la recta final. Buscaban una pareja, y nosotros dos éramos la única que había en ése trozo, así que nos "colamos" de bastante gente. Nos tocó en segunda fila, pero como eran asientos sin nadie delante, era como si fuera la primera. Diablos... la mejor atracción en la que me he subido en mis 12 años de vida. No puedo describirla, porque me quedaría muy, muy corta. Tras eso, fuimos a comer, mi amigo y yo montamos en la Cobra Imperial (en la que cantamos la canción "La Cobra Taka-Taka" XD) y en las Tacitas. Luego, la decisión "espartana": ¡subirían a Shambhala! Ésa fue mi penúltima atracción fuerte, después subimos al Dragon Khan. Luego fuimos a Sésamo Aventura, donde subimos al Salto de Blas (una caaaaaaaaaaaca) y a los Magic Fish, que no estaban tan mal. Y aquí acaba mi viaje a P.A, hecho el 16 a 17 de junio de 2012, ¡un viaje impresionante! Pronto postearé otro de éstos Blogs, ya que en Halloween volveré, cortesía de mi padre que, entre las colas, y lo que le estaba gustando, dijo que en Halloween volveremos... ¡AAW YEAAAH! Vale, me despido de todos vosotros, ¡hasta luego!