Cuando comenzó el año, lo último que imaginé que acabaría por hacer sería visitar Walt Disney World, el complejo de parques temáticos más grande del mundo, pero hace tres semanas se presentó ante mi la oportunidad de hacer un viaje express a este mundo mágico. Fue un viaje de fin de semana, cuando nos hubimos acostumbrado al desfase horario era ya el momento de coger el vuelo de vuelta a casa, pero esos dos días fueron suficientes para ver tres de los cuatro parques temáticos del resort. En los próximos tres artículos compartiré los detalles de la que ha sido mi primer viaje a este mundo mágico.

Segunda parte: Visita a EPCOT

Tercera parte: Visita a Magic Kindgom


Nos alojamos en el hotel Disney's Pop Century, uno de los dos hoteles más económicos de Walt Disney World, junto con el Disney's Art of Animation. El hotel no es nada del otro mundo, y tal vez hubiera opciones más baratas fuera del resort, pero los hoteles de Disney tienen algunas ventajas: transporte gratuito con el aeropuerto de Orlando, transporte gratuito a los parques, reserva con hasta dos meses de antelación de los FastPass y Magic Band para toda la estancia, entre otros. Y os preguntaréis, ¿qué es la Magic Band? Es tu llave de la habitación. Y tus entradas al parque. Y tus reservas de FastPass. Y tu tarjeta de crédito. Y tu álbum de fotos. La Magic Band es todo lo que necesitas durante tu estancia en Walt Disney World. Se trata de una pulsera con un pequeño chip integrado que se sincroniza a tu cuenta de la aplicación del resort y se usa para todo lo que acabo de mencionar (y más cosas, incluso). Es comodísimo poder hacer todas estas cosas simplemente acercando la pulsera a los detectores. Sobre el servicio de FastPass hablaré más adelante, porque funciona de forma diferente a como lo hace en Disneyland París.

Sábado 28 de julio. Nuestro primer destino del día: Animal Kingdom. Este parque está dedicado a los animales, a la relación del ser humano con la naturaleza y a la conservación del medio ambiente. Desde el exterior del parque lo único que se ve es vegetación, todo lo que esconde el parque está cuidadosamente oculto detrás de la maleza. Tras atravesar toda la zona de la entrada, que sirve de transición y nos adentra en el corazón del parque, nos encontramos con el Tree of Life, el icono por excelencia de Animal Kingdom, un imponente baobab de más de 40 metros de altura. Si os fijáis detenidamente, el tronco está formado por esculturas de animales de todo tipo. 

Nuestra primera parada no podía ser otra que Pandora - The World of Avatar, la zona más reciente del parque que recrea el mundo de Avatar, la película de ciencia ficción que en su día fue la más taquillera de la historia del cine. Me cuesta a horrores encontrar las palabras adecuadas para describir la inmensidad de lo que Disney ha hecho aquí; las fotos tampoco ayudan, no le hacen ninguna justicia. Pensad en la revolución que trajo el estreno de Avatar en 2009, una película visualmente espectacular, con una historia cargada de emotividad y elaborada con tecnologías hasta ese momento nunca antes usadas en el cine. Ahora trasladad ese mismo nivel de innovación y espectacularidad a un parque temático de Disney. Eso mismo es Pandora - The World of Avatar. Cuando te adentras en esta área y tienes ante ti las majestuosas montañas flotantes de la película (imagen inferior) te das cuenta de que estás ante un lugar sin igual.

La primera atracción del día fue Na'vi River Journey, una atracción de recorrido bajo techo. Consiste en un viaje en barca a través de un río que recorre una jungla nocturna de Pandora, con su flora y fauna bioluminiscente. El recorrido es espectacular, completamente inmersivo, detallado y muy fiel a lo que se ve en la película. Lo que me dejó con la boca abierta fue la última escena, protagonizada por una chamán Na'vi, que es en realidad el animatronic más tecnológicamente avanzado jamás hecho por Disney. No podía apartar mi mirada de esa enorme figura, su fluidez de movimientos y expresividad era increíble, realmente daba la impresión de que se trataba de una actriz. No tengo fotos de esta atracción porque preferí disfrutar del momento, y creedme, es mejor que cuando la probéis no hayáis visto nada de antemano. De todas formas, hay muy buenos videos onride en Youtube para quien tenga interés.

La siguiente atracción fue Avatar - Flight of Passage, que es la atracción más popular de todo el parque. Me habían hablado auténticas maravillas de esta atracción, con lo que las expectativas no podían haber estado más altas. Había 110 minutos de espera, pero lo normal es que haya hasta tres horas de espera. Con todo, sentí que cada minuto que estuvimos esperando en la cola valió la pena. La experiencia simula un vuelo en Banshee, los animales voladores con aspecto de dragón que aparecen en la película. Dicho en pocas palabras, se trata de una atracción de tipo flying theater, como lo es Flying Dreams en Ferrari Land...pero llevado a un profundo nivel de inmersión que me dejó sin palabras, no solamente en la atracción en sí, sino también en las colas y los dos preshows que hay. Es una experiencia increíblemente realista, abrumadora para los sentidos y emocionalmente sobrecogedora. No quiero hablar de los detalles sobre qué hace esta atracción tan especial, pero es una experiencia que hay que vivir, te gusten los parques temáticos o no.

Pandora - The World of Avatar había sido un comienzo muy fuerte y ponía el listón altísimo, pero Animal Kingdom tenía mucho más que ofrecer. Nos desplazamos a la zona de Africa del parque, donde encontramos Festival of The Lion King, un espectáculo dedicado a la más que conocida película de Disney. Este espectáculo no tiene nada que ver con el musical de El Rey Leon que podemos ver en algunas de las grandes ciudades como Madrid, está centrado completamente en las canciones de la película, no tanto en la historia. Es un divertido y alegre espectáculo de media hora, imprescindible para los amantes de El Rey Leon, y muy recomendable para todos los públicos. Además, me gustó mucho el hecho de que haya pases cada hora, de esta manera no hay que andar preocupándose por los horarios. 

Después de este espectáculo llegaba el momento de usar una de nuestras reservas de FastPass, que lo teníamos para la atracción Kilimanjaro Safaris, pero antes os quiero explicar cómo funciona el sistema de FastPass de Walt Disney World: es un sistema que permite hacer tiempo de espera muy reducido en las atracciones reservando turnos. Los turnos se reservan a través de la app oficial del resort o a través de los quioscos que hay repartidos por el parque, pero no se reparten tickets, sino que todo está digitalizado y funciona gracias a la Magic Band o las tarjetas que sirven de entrada del parque. Uno puede reservar hasta tres turnos de FastPass diferentes para uno de los parques cada día, y se pueden reservar con hasta 30 días de antelación a la visita (o 60 días antes del primer día del check-in si te vas a alojar en un hotel). Una vez usados esos tres turnos, puedes seguir reservando turnos de FastPass si todavía hay disponibilidad. 

Kilimanjaro Safaris es la única atracción de la área de África, y una de las más populares de Animal Kingdom. Su nombre lo dice todo, se trata de un recorrido a bordo de un camión que atraviesa grandes habitáculos de animales africanos. Vamos, lo que viene a ser un safari. Esta fue, de lejos, la atracción que más me decepcionó de todo el resort. Esperaba una recreación de los hábitats elaborada y cuidada, a la altura de todo lo que hay en el resto de Animal Kingdom, pero nada más lejos de la realidad. Parques de naturaleza españoles como Bioparc Valencia o Cabárceno son infinitamente más bonitos que lo que aquí encontré. Además, la conductora (que hacía las veces de guía) llevaba un ritmo frenético y apenas paró el vehículo para ver los animales. Fue una decepción en toda regla, pero no todo puede ser siempre maravilloso, ¡ni siquiera en Walt Disney World!

Aprovechamos que estábamos en la zona de África para comer en Harambe Market, un restaurante de comida rápida, donde optamos por un plato de pollo con arroz y verduras. Ya sin hambre y listos para seguir explorando, seguimos por la zona de Asia, donde aguardaba una de las atracciones más famosas de Walt Disney World: Expedition Everest. Esta montaña rusa (que, por cierto, es la montaña rusa más cara del mundo) es una aventura en el Himalaya inspirada en la leyenda del Yeti. Es sorprendentemente fuerte en algún tramo, está enteramente tematizada y tiene incluso más de una sorpresa oculta, todo ello sin dejar de ser una montaña rusa para toda la familia. Además, la montaña es visible desde muchos rincones del parque, dejando unas instantáneas espectaculares. Con el FastPass que teníamos reservado no esperamos ni diez minutos para subir. 

Tan solo nos quedaba una reserva de FastPass, era para Dinosaur. Es una atracción bajo techo donde vivimos un viaje en el tiempo al preciso instante en el que cae el meteorito que arrasó con los dinosaurios en la Tierra. No os dejéis engañar, es una atracción bastante más intensa de lo que puede parecer, con movimientos bruscos y giros muy cerrados, da la sensación de atravesar una jungla prehistórica a toda velocidad. Además, gran parte del recorrido es en la oscuridad interrumpida por grandes dinosaurios con las fauces abiertas a punto de abalanzarse sobre ti. Definitivamente no es una aventura para los niños más pequeños, y se nota que es una atracción que tiene ya sus años, pero me pareció bastante singular y divertida.

A medida que salíamos de Dinoland U.S.A., la zona donde se encuentra Dinosaur, nos encontramos con Kevin, el gamusino de la película Up, que muy animadamente bailaba una de las canciones que sonaba en la zona. De hecho, TODOS los trabajadores de la zona estaban bailando, incluso un barrendero que pasaba de largo. Aquí los trabajadores viven los valores y la marca Disney como propios, y actúan de acuerdo con ellos. Se los ve sonrientes, alegres, sobre todo, se los ve disfrutando con su trabajo. Y no solamente en Animal Kingdom, es una tónica que se repite a lo largo y ancho de Walt Disney World, incluso en los conductores de los autobuses. 

Con los alegres bailes del pájaro poníamos fin a nuestra visita a Animal Kingdom. No eran ni las cuatro de la tarde y ya habíamos hecho todas las atracciones principales del parque. Nos quedaron unas pocas atracciones por probar, como Kali River Rapids, unos rápidos, o It's Tough to be a Bug, un cine 4D, pero lo que me dio más rabia es no haber tenido más tiempo para explorar todos los rincones del parque, que es precioso y está repleto de detalles. Tampoco pudimos ver el parque de noche, que, por lo que tengo entendido, es espectacular, especialmente Pandora - The World of Avatar. Todo eso tendría que esperar a otro viaje a Orlando, porque ahora llegaba el momento de coger un autobús y poner rumbo a EPCOT.