La venganza es un plato que se sirve frío, en acero y madera. Así lo ha hecho Rocky Mountain Construction (RMC) en el fabuloso parque Cedar Point, y no es para menos. He aquí mi review de esta maravilla, que tuve la suerte de ridear junto con @Furius_boy en nuestra reciente visita a Cedar Point.


UBICACIÓN

Steel Vengeance se encuentra en el área Frontiertown ambientada en un pueblo del antiguo oeste americano, la zona más tematizada del parque de Sandusky (OH), y la coaster se encuentra, a su vez, en el sitio más alejado de la entrada principal del parque de atracciones. Ocupa el lugar de la antigua wooden coaster Mean Streak, siguiendo su antiguo recorrido en la mayoría del nuevo trazado. La coaster más cercana es Maverick, una obra de arte de Intamin AG.



TEMÁTICA

Cedar point ha sabido aprovechar con mucho acierto la ubicación tan cercana a Maverick y ha inventado una historia que las relaciona a ambas para dar sentido al nombre de la nueva coaster. A grandes rasgos, la historieta seria la siguiente:

Jackson Blackjack Chamberlain, Chess Wild One Watkins y Wyatt Digger son tres personajes que tienen unos asuntos pendientes con Maverick y que regresan a FrontierTown con sed de venganza. Esta venganza no es nada más ni nada menos que una gran y intrépida coaster de acero y madera, clasificada en una nueva categoría "hyperhybrid coaster", rompedora de hasta 10 récords mundiales. Esta coaster refleja rasgos característicos de los tres personajes: la impresionante altura de Blackjack, la personalidad salvaje y poco convencional de Chess y la flamante velocidad de Digger. Esta venganza de acero (y mucha madera) quiere terminar con el reinado de Maverick en FrontierTown.

Como he dicho, la historieta encaja perfectamente con la ubicación dentro del parque y además, para mí, esta competición con Maverick es también el reflejo de como están las cosas en la industria de las montañas rusas. Rocky Mountain Construction (RMC) ya viene avisando de sus intenciones desde hace unos años, y con esta coaster ha dado un golpe definitivo sobre la mesa que debe poner en alerta el reinado de Intamin y B&M.



QUEUE LINE (COLAS)

Para acceder a la sub-zona de Steel Vengeance es necesario cruzar un paso a nivel que suele cerrarse varias veces cada hora, debido a la increíble operativa del tren de vapor de Cedar Point que, durante los días que estubimos, funcionó siempre con dos trenes, a pleno rendimiento, y era habitual tener que esperar unos minutos a que abrieran la barrera. Sin embargo, ya desde atrás de la barrera se puede vislumbrar a la bestia y, una vez se cruza el paso a nivel, el gran tamaño del letrero anclado a unas rocas bastante bien conseguidas y la enorme estructura de madera de la coaster, hacen de este conjunto un templo sobrecojedor para el mundo coasteril. A mano izquierda el impresionante lift-hill de 62 m de altura, el abrupto drop de 90º y las dos primeras inversiones diabólicas, en el centro el imponente letrero, y a mano derecha a lo lejos las dos primeras colinas salvajes. Ya desde aquí uno se da cuenta que no está delante una coaster cualquiera.


En la entrada de las colas hay dos trabajadores dando la bienvenida uno para la cola normal y otro para el fastlane, si está operativo. La línea normal de colas en sí empieza con un pequeño recorrido por debajo de la estructura de madera de la coaster con tramos invertidos de vía que pasan por sobre nuestras cabezas, algo muy poco habitual hasta hace poco en coasters hechas principalmente de madera.


Este pequeño tour por las entrañas de la estructura desemboca en los clásicos (y "aburridos") bloques de colas en zig zag. Escribo "aburridos" entre comillas porque hay poco tiempo para qué aburrirse por varias razones. Aunque el theming brille por su ausencia en esta parte, nos encontramos dentro de la coaster en sí, justo al lado del drop, al lado de las últimas colinas ejectors y muy cerca del zero g stall, cualquier aficionado a las coasters, tendrá tiempo para deleitarse con tales elementos tan cerca. Además, en esta parte, las colas disponen de unos televisores que retransmiten contínuamente videoclips, juegos, noticias deportivas, meteorología y otra información relacionada con Cedar Fair y las montañas rusas en general, imposible aburrirse. Por si no fuera poco, debemos tener en cuenta las operativas extremadamente eficientes de Cedar Point, que hacen que las colas no sean estáticas para nada.


Una vez pasamos esta zona de colas nos adentramos de nuevo debajo su estructura, esta vez debajo del lift-hill y los invisibles final brakes. Esta parte de la cola, nos brinda una perspectiva a fotografiar que se está haciendo ya famosa debido a su originalidad (y brutalidad cuando lo sufres rideándolo):


En esta zona, a uno le puede dar la sensación de estar dentro de una mina, un poco claustrofóbica cabe señalar y, si además es de noche y coincides con temporada de mosquitos, podrás deleitarte con el increíble aroma de mosquito a la parrilla sobre los focos que iluminan la estructura. Una vez termina este trozo viene la subida por escaleras a la estación, donde podrás escuchar bien de cerca el estruendo del antirrollback del lift-hill.


Hay que destacar que en este último tramo de la cola se encuentran placas con unos textos sobre los diferentes personajes antes mencionados y los problemas que tenían cada uno de ellos con Maverick. También hay algun que otro elemento de tematización (herramientas de mina, cajas antiguas de madera...).



ESTACIÓN

Para el edificio de la estación han aprovechado exactamente el que ya tenía Mean Streak. Se trata de un edificio muy sobrio, sin paredes y con muchas luces colganderas. Lo que realmente destaca, por una parte es el tren que alli espera, y en especial su morro, con apariencia de máquina muy robusta, con mala leche. Cada uno de los tres trenes pertenece a un personaje: Chess, Blackjack o Digger, y cada uno de estos personajes se encarga por megafonía de desear un fabuloso paseo a los riders. Estos mensajes están grabados, siguen la temática competitiva contra Maverick y no suena siempre el mismo, dándoles así más realismo. Otra cosa que hay que destacar siempre en cualquier estación o atracción de Cedar Point es el buen hacer de sus trabajadores, como activan y divierten al público, su manera de recitar las normas de seguridad y como se quieren la atracción donde trabajan, toda una delicia. Me sorprendió mucho como se sabían de memoria los mensajes de todos los personajes y como gesticulaban fingiendo ser ellos mismos. Brutal.



LET'S RIDE THE VENGEANCE (un poquitín abajo hay un pov, por si aún alguien no la conoce)

Bien, ahora empieza lo bueno. Antes de comenzar, recomiendo subir al vagón 4 o 5 para un mayor disfrute.

Tras escuchar una y mil veces que nos abrochemos el cinturón pero no bajemos el lap-bar (fallo que uno siempre comete al subirse por primera vez a Steel Vengeance), rápidamente un empleado nos baja el lap-bar que OJO! también sujeta las piernas, algo bastante incómodo. La trabajadora que tiene el micrófono nos anima: “If you are ready to ride clap once! If you are ready to ride clap twice! If you guys are ready to ride say yiiiiiha! All clear!” Dejando atrás la voz estridente de Chess riéndose de Maverick, el viaje empieza. 

El momento más tranquilo de todo el recorrido está aquí, una simple recta a paso de tortuga que pasa por enmedio de las cocheras, a partir de aqui nos olvidamos de qué es la tranquilidad. Esta recta desemboca en una curva derecha en bajada apriori inofensiva, pero el tren coje una velocidad considerable que te hace empezar a catar la G lateral en su parte más baja y que al pasar por los dos pequeños bunny hops ya te avisa que esto va en serio, ya notas un aperitivo de su mala leche. Acto seguido el tren se acopla de manera muy poco disimulada a la cadena del lifthill y todo el tren se tambalea adelante y atrás hasta que la velocidad se estabiliza bien entrada la subida. El ruido del antirrollback es ensordecedor, las vistas de la capital mundial de las coasters a mano derecha son alucinantes, la subida es muy inclinada y el tren sube deprisa, demasiado deprisa. En la cabeza están la decena de récords que rompe esta cosa y en el cuerpo el aperitivo agridulce de antes del lifthill. ¿En serio ya estamos arriba? Llegamos a la cumbre... Miedo.

Y por poco rato. El tren se desploma, te catapulta hacia arriba, sientes como el cuerpo se te estira hacia arriba, miras de frente al suelo. Y ya estás abajo, una recogida suavísima, ningún golpe. Sientes la velocidad en el pequeño speedhill de la parte más baja y te das cuenta y ya estás de vuelta al cielo. Te sientes forzado a volar pero el tren no te deja, te fuerza a que describas un camelback perfecto con airtime completamente ejector en toda la totalidad de su lomo unido, además, con una suave G lateral, que hace girar levemente tu compás y, si te apresuras, puedes intuir un bosque de montañas rusas al fondo, piensas “como me gusta este mundo”. Caes, pero en segundos otro ¿camel? O mejor dicho una obra maestra. Lo tradicional, lo normativo aquí hubiera sido una gran curva hacia la derecha sobrepersltada a la derecha pero no amigos míos, no, el peralte es hacia la izquierda y con ganas. Todas las G que deberían haber sido positivas se convierten en negativas, alucinante el rodeo que da el tren sobre esta belleza. La G lateral persiste, pero el airtime es tan duro y tan puro que te olvidas de lo demás. Con una suave caída te situa otra vez en el suelo... aiba! Una foto! Pero ya subes otra vez, un suave airtime que te lleva luego directo a un zero G roll en subida, que empieza a girar rapidísimo y termina en la cumbre otra vez a 0º de peralte. No te deja asimilar lo que acabas de sentir, el peralte sigue su curso hacia la derecha y el trazado te brinda una bofetada de G lateral que sientes que te expulsa a la izquierda, pero se recupera y giras en una sobrepersltada de 90º a la derecha rozando los cables que sujetan la estructura. El tren se endereza y peralta suavemente a la izquierda hasta ponerte boca abajo... Apuestas: vendrá otro zero G roll. Pierdes: RMC no sigue las normas, con una sacudida de infarto el tren peralta en sentido contrario. Una locura. ¿Qué acaba de pasar? Otra genialidad señores, y todo esto enmedio de airtime, como de costumbre ya. La vía cae al suelo por medio de otro airtime y luego se eleva en el que yo creo que es el airtime más hardcore de todo el recorrido. Una semicolina que, justo en su cumbre, peralta levemente a la izquierda para subirte y bajarte de golpe a los MCBR por medio de un ejector de manual junto con una despiadada G lateral que te escúpe a la derecha, para decirte “ahora vuelvo”.

Qué cortos que se hacen los MCBR, apenas te dejan coger aire..

Una rápida curva a la izquierda te acompaña a una caída abrupta que te hace pasar por debajo el trazado y luego te sube a un double-up. Dos colinas medianas seguidas cargadas de airtime, pero quizás un airtime no tan exagerado como en las anteriores y piensas  “bueno, después del MCBR ya todo será más light” pero te equivocas. Y mucho. Justo luego el tren sube endiablado a una colina que empieza peraltada a la derecha pero transiciona a peralte izquierdo a un ritmo acelerado haciendo que pierdas la continuidad de la via mientras sientes un airtime hardcore que te tira hacia todos los lados. Te adentras de golpe en las entrañas de la estructura de madera. Una curva suave a la izquierda a ras de suelo se convierte en una elevada curva sobreperaltadísima a izquierdas que cae de golpe. Esta te conduce a una delicia de zero G roll de libro que acaba fuera de la estructura y te lleva directo a dos frenéticas colinas ejectors. En la segunda de ellas, RMC decide no seguir la costumbre y te capa el placer justo en su clímax de airtime con una sacudida lateral que te coloca otra vez en las entrañas de la estructura. Le sigue una gran curva a izquierdas con un peralte que termina siendo completamente de 90º a izquierdas y, atención, convirtiéndose en una fabulosa y pequeña colina totalmente inclinada cargada de un airtime ejector, digámosle... lateral. Caes de golpe y otra vez entras en otro zero G roll hecho con una delicadeza que asombra entre tanta maraña de madera. Otra curva sobreperaltada izquierda que te conduce otra vez fuera de la estructura hasta la parte más criminal del trazado. La traca final. El súmun. Uno, dos, tres, cuatro, cinco airtimes ejectors fuera de lo normal, en menos de 9 segundos.  No piensas, sólo chillas, OUH! OUH! OUH! Piensas si RMC te intenta liquidar. Pero un airtime forzado de propina te lleva a los cortos frenos finales otra vez dentro de la estructura. 

Ries, tiemblas, tienes la mirada de aquel que acaba de experimentar algo muy muy salvaje, ya no es sangre, lo que circula por tus venas es pura adrenalina, como nunca antes. Sientes como tu espalda se ha llegado a estirar unos centímetros después de tanta G negativa. Sientes un ligero hormiguero en tus manos. Por fin puedes respirar más o menos tranquilo y te preguntas “¿qué acaba de pasar?”, “¿Es esto legal?” Te cuesta mucho asimilarlo. Preguntan por megafonía "¿How was that riiiide?" Y tu aplaudes, aplaudes, aplaudes. Una opera prima de sensaciones de una intensidad colosal. Sigues aplaudiendo.





LA SALIDA

Al salir, y si ya has podido regresar al mundo, hay el tenderete del photoride, esta es una de nuestras fotos para la historia:

Además, cosa que descubrimos luego, también incluyen un video de tu propio viaje en uno de los drops si has adquirido el FunPix.

Salimos caminando, con los ojos como platos, riendo, flipando...

Después del paso a nivel, a mano derecha hay la tienda de merchandising de Steel Vengeance, donde nos compramos la fabulosa camiseta de RMC que luce @furius_boy en la foto y la maravillosa camiseta con el logo en rojo que luce un servidor. Cabe destacar que Cedar Point tiene una variedad de merchandising increible. Modelos para todos los gustos.

Permitídme añadir que, además, todo dolor que puedas sentir después de ridearla es porque RMC lo ha querido así, no es por mal diseño, ni por mal ensamblado de las vías, en este aspecto es perfecta, sorprendentemente fina (salvo quizás el arnés de las rodillas).


MI VALORACIÓN

Sé que tengo (de momento) pocos coasters credits y que mi valoración no vale tanto como la de aquellos que tienen 200 y pico. También sé que ya va siendo el comentario más típico de quien se ha subido a Steel Vengeance, pero es que es así, es la mejor sin dudarlo. Creo que lo puedo afirmar bastante convencido porque en este parque ya se encuentran otras montañas rusas míticas y legendarias, rompedoras de muchos records antaño (véase Millenium Force, Top Thrill Dragster, Maverick, Valravn...) coasters que si no existiera Steel Vengeance pondría seguro en mi TOP3 de coasters favoritas, coasters que unas cuantas de ellas figuran en varios TOP10 mundiales como las mejores. Sin embargo, lo que ha hecho RMC en Cedar Point es una salvajada, Steel Vengeance juega a otra liga y, me sabe mal decirlo, pero deja las otras coasters míticas bastante lejos de su nivel imperante.


Steel Vengeance es una venganza en toda regla a lo tradicional, a lo metódico, a lo normativo y, sobretodo, a lo predecible. En mi opinión, hace ya un tiempo que la industria "tradicional" de las montañas rusas ha caído en un círculo vicioso con inauguraciones de coasters cada vez menos rompedoras, con trazados demasiado previsibles, poco sorprendentes y aburridos. Que sí, me podéis decir que incluyen trenes de nuevos diseños y algún que otro elemento novedoso, pero lo que es el recorrido, el alma de toda coaster, ha caído demasiado en dinámicas muy predecibles. Es por eso que muchos parques ya llevan algunos años apostando cada vez más por la bochornosa realidad virtual en las coasters, para hacerlas más impredecibles y un pelín sorprendentes. Suerte que Cedar Point no se anda con tonterías. Steel Vengeance es un desafío en toda regla a todo esto, una sacudida que llega (y supera) a lo que hizo Intamin AG con Maverick en el mismo parque (guiño al que pensó la temática competitiva con Maverick, un fuerte).


Steel Vengeance incluye ya desde el inicio nuevos elementos salvajes como un camelback con airtime ejector que vira sin peraltar, otra colina que peralta en sentido contrario donde debería hacerlo, un barrell roll que ocurre en una subida, una inversión bestial llamada zero G stall que sucede en bajada... No hay un solo segundo en esta montaña rusa que no sea intenso. Ni el tramo MCBR se hace cortarrollos. Así como otras coasters van muriendo poco a poco a medida que se acercan a su fin, Steel Vengeance empieza ya a un nivel impresionante pero sigue a un trepidante ritmo increscendo que culmina con un estallido de ejectors en su "recta" final, justo antes de los final brakes, que te hace odiar pero mucho más amar a esta bestia. Así como el inicio son elementos bastante grandes, RMC no escatimó, y conforme el tren se acerca al final del recorrido y desciende su velocidad, aprovecharon esta baja velocidad para incluir elementos más pequeños pero más matones. No me he puesto a contar cuántos elementos en sí tiene esta coaster, pero creo que es de las que más tiene (la mayoría escondidos en la madera), y no es para menos en sus 1750m de longitud.


Es también una venganza a esa antigua frontera entre coasters de acero y coasters de madera, a aquella separación abismal que se suponía entre ambas. RMC ya lo viene haciendo desde hace unos pocos años, pero con esta culmina su plan y tienen razón: madera y acero trabajan mejor juntos. Los infinitos elementos de choque que aporta la madera, la impresión estremecedora que aporta su estructura, la versatilidad y suavidad del acero, la posibilidad de esconder elementos entre la madera, el vintage unido a lo contemporáneo... todo esto hace de las montañas rusas híbridas el homenaje definitivo a esta indústria, a este mundo de las roller coasters.

Me imagino al señor RMC y al señor Cedar reuniéndose y pactando: vamos a liarla.

Vaya coaster, vaya coaster...!!! Me quito el sombrero.