Era viernes por la tarde. Como buenos huéspedes del hotel PortAventura, estábamos disfrutando de nuestro jacuzzi sin burbujas (Después de encontrarlo) cuando de repente, @beateruel se acuerda que tiene que marchar. Nos quedamos todos con caras muy sospechosas, esas caras de "aquí se cuece algo, y Bea está en la olla".

Me hace gracia, porqué cada Halloween Voyage planean rumores por el aire del estilo "X va a hacer esto, o Y organiza tal cosa, o Z participa en el acto de bienvenida". Y cada año, siempre hay varios implicados, aunque luego sea verdad, o sea mentira, pero siempre alguien lo está. Es como ya una tradición que @diabliya me habra una ventana de messenger y me diga "Tu sabes cosas del Voyage, o tu participas en algo", aunque no sea cierto.

El caso que, la evidencia que @beateruel participaba en el acto de bienvenida quedó más que evidente cuando, perdido por los pasillos, la veo salir de una de las puertas de la escalera, la llamo para preguntarle donde estaba nuestra habitación, y veo que dobla la esquina del pasillo corriendo, junto con @veronika @ocean83 @gaara y @spirito. El secreto se quedó allí, como también encontrar la habitación -otra vez- desde otro punto diferente del hotel. Yo creo que es los pasillos del hotel son un poco como la película "Dentro del laberinto", y todo cambia, o hay gremlins cambiando los carteles.

El viernes por la noche todo son prisas, nervios, pases de modelos para ver si queda mejor una ropa u otra, cenar deprisa en las camas del hotel, visitas a otras habitaciones pidiendo hielo, cubiertos, platos, aceitunas, vasos... Encuentros por los pasillos con los demás participantes, prisas, gritos, afeitarse con poco éxito y casi supurando... Pero puntuales estábamos en la estatua de Woody, esperando a que nos vinieran a recoger con el autobús. Ya todos allí esperando, fue el momento de encuentro con todos los demás, @patyandbeto, @topedok, @isabel, @penya, @tefa y @nona... Y los nervios se empiezan a apoderar de todos cuando viene el bus, salimos del parque, y nos lleva por la ciudad. ¿Realmente vamos al salón? ¿Nos han engañado y nos llevan a otro sitio? ¿Nos llevan al campo de calabazas?

Pero no, entramos al parque por las oficinas, como entramos ya alguna vez para hacer algún cásting, y después de pasar la casita del vigilante, en este caso una chica que estaba hablando por teléfono de lo aburrida que estaría, pasamos por los viales internos, Bang Bang West... Hasta llegar al salón. Ya una vez allí, toca coger asiento, y esperar a todos los demás que aún estaban en el hotel, ya que tanta gente en un bus no cabía, aunque si llegamos a subir todos, me temo que nos lo hubiéramos pasado genial también.

Las luces se apagan, y de repente, sale @beateruel de la nada, explicando que algo iba a suceder en ese salón, como cada año, desde hace 3, los seres más diabólicos se apoderan de él y nos lo hacen pasar mal. Aunque mal, lo que se dice mal, no lo pasamos, porqué por sorpresa de todos, @diabliya de repente se levanta al son de la canción de Day-O, seguida de @empaire, @fernandete, @pitusa83 y @penya. Lo hicieron genial, además que sacaron más de una risa a todo el público.

Y después de ese momento sorpresa, que nos dejó a todos con la sorpresa en el cuerpo, tocó invocar a Beetlejuice, que en realidad era @spirito, aunque algunos les costó reconocerlo de lo bien que iba, y de lo bien que actuaba. Como decía, en ese salón hemos acudido a la resurrección de un zombi en busca de venganza contra el pueblo que lo mató, una fiesta increíble después de un pasaje del terror angustioso, y este año, una boda. Porqué sí, se casaron Lydia y Beetlejuice y todos nosotros fuimos los testigos.

Y no sonó ninguna marcha nupcial, sino una canción que queda mucho mejor para la ocasión: Bad Romance, de la ya mítica y archi-conocida Lady Gaga. Pero ella no estaba allí, había alguien mejor: las bailarinas del salón, que bailaron toda la canción acabando con el jingle molón de Halloween, con la aparición, por sorpresa de todos de Aina, la cantante del salón, que nos enamoró a todos; y de Alex y Carles, para finalizar con Woody.

Una vez acabado el photocall con los artistas, ya estábamos todos ansiosos a que dieran el disparo de empiezo para la barra libre. Parecía una de esas carreras olímpicas, solo faltó que nos pusieran todos detrás de una línea blanca, y correr todos a la barra. Y el primero que llegara, la bebida gratis. Ah no, ¡Que ya lo era!