SE NEGÓ A VENDER LA TOTALIDAD DEL PROYECTO DE OCIO A LOS CHINOS DE SJM

El promotor Enrique Bañuelos pretende seguir manteniendo el control del proyecto de inversión de Barcelona World y lo quiere hacer repartiendo el peso de los inversores, de manera que su sociedad holding, Veremonte, sea siempre clave para conseguir la mayoría, según han explicado fuentes empresariales cercanas al proyecto.

Aunque en el entorno local de Tarragona se habla de que el proyecto está paralizado, lo cierto es que Bañuelos lleva todas las negociaciones desde Londres y con el mayor secretismo. En el estrecho círculo de contactos en los que está moviendo el expresidente de Astroc, apenas se encuentran el presidente de la Generalitat, Artur Mas y su consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, según han explicado fuentes cercanas. Esta inversión aspira a competir con el Eurovegas de Sheldon Adelson.

En algo más de un mes se prevé que el equipo de Veremonte anuncie públicamente los nombres de los inversores que participarán en el proyecto entre los que estará el grupo de juego chino SJM y un grupo hotelero estadounidense, según fuentes conocedoras de los contactos.

Pero la lucha de Bañuelos no es por arrancar el nuevo complejo, que también, sino sobre todo por mantener el control, a pesar de que Veremonte y sus socios -diversos fondos de inversión internacionales- sólo aportarán algo menos de 900 millones de los 4.500 millones en los que se ha tasado la primera parte del proyecto: los seis casinos y seis hoteles que han de sumar 20.000 habitaciones.

El grupo chino SJM ha intentado comprar la totalidad del proyecto de ocio, no el residencial que podría ir asociado. Esta primera fase, los hoteles y los casinos, es lo que se cifra en 4.500 millones de dólares y supondría cerca de dos millones de metros cuadrados construidos.

Pero Bañuelos prefirió evitar esta operación, ya que así perdería el control del proyecto. Su intención es limitar la presencia de SJM al 25%. Por eso está negociando con un grupo hotelero norteamericano la venta de otro 25%. También está en tratos para cerrar un acuerdo con Le Cirque du Soleil para que establezca una especie de delegación permanente en Vila-Seca y Salou, del estilo de la que esta empresa canadiense mantiene en Las Vegas.

El calendario que se le sigue poniendo sobre la mesa a la Generalitat es poner la primera piedra en otoño y, por tanto, antes que Eurovegas.

Competir con Adelson

Competir con Adelson es uno de los objetivos de los promotores del proyecto en Tarragona, que se ubicará en un terreno que La Caixa venderá a Bañuelos junto al parque Port Aventura. Si los dos quieren atraer a España diez millones de turistas, el que pegue primero pegará dos veces.

De hecho, el interés de SJM radica en este punto: vengarse de Adelson y de su entrada en Macao, mercado histórico del grupo chino, comiéndole el terreno en su gran proyecto para el sur de Europa.

SJM está controlado por el magnate chino del juego Stanley Ho, de 91 años. El grupo es hoy un gigante que cotiza en bolsa y factura 9.800 millones de dólares anuales. Controla más de 17 casinos en Macao, entre ellos el mítico Casino Lisboa, y varios hoteles. Además, Ho mantiene intereses en otros sectores como el inmobiliario y las navieras. SJM ganó 684 millones de dólares al cierre de 2011.

Pero la buena  estrella de Ho empezó a decaer con la entrada en Macao de Las Vegas Sands –propiedad de Adelson– y Wynn Resorts, que suponen para él una competencia muy dura. Por eso, la manera perfecta de devolverle la pelota a Adelson es echarle un pulso en España.

Pelotazo escalonado

Además del proyecto de ocio, con seis casinos y seis hoteles, Barcelona World también tendrá una fase residencial, que sumará otros cuatro millones de metros cuadrados, lo que permitiría a Bañuelos ir escalonando el pelotazo tras la compra de los terrenos.

Los terrenos sobre los que Bañuelos tiene ahora una opción de compra suman 600 hectáreas que incluyen campos de golf acabados y en funcionamiento. La Caixa tiene valorados estos activos en libros en 100 millones de euros, si bien el precio de venta será superior. La ventaja: que la tramitación urbanística está lista y las obras pueden comenzar al día siguiente de que se cierre el acuerdo con los inversores.