"Un conjunto de zamperladas que cumplen su cometido."

Durante nuestra visita al popular complejo Marina d'Or podemos encontrar muchos reclamos al cliente promedio, como el balneario de agua marina más grande de Europa o unos jardines con fauna salvaje correteando alegremente por ellos junto al mar. Y el Parque Aventura d'Or es uno de sus reclamos al cliente promedio: un parque de atracciones promedio, con cierta cutrería pero con sorpresas que no te esperarías.

Nada más cruzar los tornos de acceso y ver un poco por encima el parque, te das cuenta de que es un "amusement park" muy pequeñito y, si eres un pelín friki de las atracciones, te das cuenta de que todo son Zamperladas. Zamperladas que son cutres como ellas solas.

Pero lo que nadie se imagina al visitar este parque es que alberga atracciones nunca vistas en España. Sí sí, habéis oído bien. Todas las atracciones de este parque tienen un punto en común: todas ellas son manuales. TODAS. Os podéis figurar cómo son los ciclos de atracciones como el booster, la lanzadera - que por cierto es muy parecida a la del Parque de Atracciones de Zaragoza y a mí me mola más que la del PAM - o el saltamontes. Esto de ser manuales trae como consecuencia una mayor duración, un mayor bizarrismo y que todo depende del operario que te toque en ese momento.

Los operarios son bastante majos y agradables con el cliente, no puedo decir lo mismo de las taquilleras o las limpiadoras del baño, ya que casi me asesinan por pisar el suelo recién fregado, y las del bar (sí, hay un único punto de restauración en el parque) tampoco son muy allá.

En definitiva, es un homepark de un "casi-resort" que cumple sobriamente su cometido, aunque podría hacerlo muchísimo mejor.