El espacio para las jirafas del zoo de Barcelona, en el parque de la Ciutadella. Foto: Archivo.

IVAN VILA - BARCELONA

Un parque más ciudadano, más en harmonía con los parámetros éticos y científicos del siglo XXI, más educativo y con más especies autóctonas, y que apueste a fondo, no como una acción más, por planes de conservación de especies en peligro desarrollados en sus hábitats originales. Este es el nuevo modelo de zoológico por el cual apuesta el gobierno de Ada Colau en Barcelona. La propuesta que lo sistematiza, pero, no es suya, no sale de dentro el consistorio, como los anteriores planes de futuro del parque diseñados por los alcaldes socialistas y por el convergente Xavier Trias. La iniciativa, esta vez, es ciudadana. El proyecto, bautizado Zoo21 como la plataforma creada ad hoc para impulsarlo, surge de la entidad animalista Libera! y la Fundació Franz Weber, y su recorrido será similar al de una iniciativa legislativa popular, pero en clave local. Si obtiene 12.000 firmas, la propuesta será debatida y votada en el pleno municipal. La recogida de firmas está prevista que se inicie entre el 8 y el 15 de marzo.

La legislación europea define los zoológicos como establecimientos donde se mantienen "animales vivos de especies silvestres para su exposición al público". Y, des del 1999, incorpora la obligación que fomenten la educación en la biodiversidad y participen en programas de conservación o reintroducción de animales en el medio natural. El plan ciudadano quiere dejar definitivamente atrás la definición y hacer de estas obligaciones el corazón del zoo, concebido como un "centro de rescate, recuperación y acogida" en la propuesta que hace la plataforma para modificar el artículo 32 de la ordenanza de animales, el que hace referencia al parque.

La ordenanza ya establece ahora la apuesta por la conservación de especies y de sus ecosistemas naturales, por "la investigación científica y biológica que pueda contribuir a la conservación de la biodiversidad" y por "la educación pública sobre la necesidad de la conservación del valor de la naturaleza", pero los impulsores de la iniciativa entienden que por ahora el cumplimiento de estos preceptos está en entredicho. Según un informe elaborado por Zoo21, el 79% de los 2.214 animales que viven al zoo de Barcelona no están dentro de ningún programa de conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios.

Zoo21 propone que siempre que sea posible, los animales sean transferidos a los hábitats originarios o a santuarios, refugios o reservas, y que no se adquieran de nuevos excepto si se trata de ejemplares decomisados o si el objetivo es la recuperación, cura y asistencia. También quiere vetar la cría en cautividad y los espectáculos con animales, a los que el consistorio ya renunció el mandato pasado.

La intención es dar a la campaña alcance internacional, porqué el planteamiento conservacionista de la propuesta requiere trabajo en red y a gran escala. La idea es que, si cada zoo impulsa un programa de conservación en origen y lo documenta con material audiovisual, los contenidos se pueden compartir y emitir en cada recinto con fines educativos. Los viejos espectáculos de naturaleza circense con delfines o ballenas serían así substituidos por espectáculos inmersivos que aprovecharían las posibilidades de la realidad virtual.

El coordinador de la plataforma, Leonardo Anselmi, insiste, pero, que, si el plan prospera, no dejará de haber animales en el zoo barcelonense, que sería clave de tuerca de esta nueva red internacional. De hecho, la mayoría de los que hay seguirán en el recinto hasta la muerte, porqué a los nacidos en cautividad no se los puede reintroducir. "La única alternativa sería enviarlos a otro zoo", alega Anselmi, que admite un viraje ideológico: "Yo vengo de la radicalidad. Hace años sí que abogaba por cerrar el zoo." Ahora ya no, apuesta por un cambio. Radical, esto sí, aunque "progresivo", concede.

El texto especifica que la reconversión no tendrá afectaciones laborales, un gesto para combatir las reticencias que pueda generar la propuesta entre la plantilla, que incluye un último canbio no menor: en dos años, el parque dejaría de estar en manos de B:SM, la empresa pública que también gestiona el Tibidabo, el Park Güell, el Bicing o los aparcamientos municipales, para depender en última instancia de la Fundació Barcelona Zoo, ya existente pero que incorporaría un representante de Zoo21.

Apoyos transversales

Los impulsores de la iniciativa –tercera más votada en el proceso participativo per diseñar el plan de actuación municipal del mandato – son los mismos que en 2010 consiguieron mediante una iniciativa legislativa popular la prohibición de los toros a Catalunya. "Aquello nos dio mucha experiencia", dice Anselmi, que explica que ya tienen más de 400 voluntarios para recoger firmas y esperan llegar a los 600. La plataforma da por hecho que obtendrá las 12.000 necesarias, y ya tiene la bendición, anunciada en septiembre, del partido de Colau, Barcelona en Comú, y la del gobierno municipal. Al fin y al cabo, la propuesta está perfectamente alineada con las conclusiones presentadas hace dos meses por el Grup de Treball del Zoo impulsado por el Ajuntament.

Los animalistas han mantenido conversaciones con todos los grupos municipales, tan positivas en la mayoría de casos, dice Anselmi, que le hacen augurar una aprobación antes de finales de año y "con un consenso político muy amplio". No en vano, entre la veintena de personalidades que ya han explicitado el apoyo a la iniciativa, además de la exdirectora del zoo Carmen Maté; la presidenta de la FAVB, Ana Menéndez; músicos como Gerard Quintana; actores como Jordi Rios, Mónica Pérez o Núria Gago, o periodistas como Daniel Domenjó o Pilar Rahola, también hay el exjefe de filas municipal de ERC i expresidente del zoo Jordi Portabella; la exedil convergente y abogada Magda Oranich; el Conseller d'Exteriors, Raül Romeva, y la Vicepresidenta Neus Munté.

Fuente: (en català): http://www.elpuntavui.cat/societat/article/5-societat/1078865-un-nou-zoo-per-iniciativa-popular.html

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