Siempre recordaré la primera vez que visité Port Aventura. Fui con el colegio, yo tenía 12 años y fue en el 1996. Para mi supuso un descubrimiento descomunal. Quiero decir que hasta ese momento solo había ido a parques tipo Tibidabo y las ferias de los pueblos. Cuando entré al fantástico mundo de Port Aventura yo no conocía nada de otros parques similares. No sabia que existian sitios como Six flags, Busch gardens ni nada asi. Solo sabía de Disneyland París pero nunca he ido con lo cual tampoco había experimentado nada igual. La verdad es que esa primera visita resultó un día maravilloso, sobretodo a tus 12 añitos, se vive con mucha magia. Pero en realidad recuerdo aún más mi segunda visita, unos años después, ya que fue con mis padres y mientras yo sabía perfectamente qué iba a encontrar, ellos iban en cierta manera sin ilusión. Pensaban lo típico, que irían a otro parque más lleno de "cacharros" como los llaman ellos y ya esta. Pues al final del día mis padres salieron encantados, incluso recomendaban el parque a conocidos que nunca habían ido y tal. Pensad que mi padre aun se sube en las atracciones, pero mi madre de los rápidos y del diablo no pasa. Pero aún así mi madre flipó. Me encargué de que vieran todos los espectaculos, que saborearan cada rincón, en fin que experimentaran al máximo el dia en PA. Recuerdo que nada más entrar fuimos a coger el tren y luego al espectaculo del saloon, donde como no a mi padre le tocó interactuar con los actores (él tiene imán para esas cosas), después a los rápidos y ya no me acuerdo en qué orden fue el resto. Incluso mi padre se animó y nos subimos juntos unas 5 veces seguidas en la Stampida. Fue genial y los tres disfrutamos mucho del dia. Lo más bonito fue el espectacular final con Fiestaventura. Mis padres nunca habían visto nada igual y su cara era totalmente el reflejo de dos personas reviviendo la infancia, esa etapa maravillosa en la que todo es posible.  En fin, me llevo esos recuerdos de mis primeras visitas a PA y desde entonces cada vez que voy es un día lleno de ilusión. Este año va a ser la segunda vez que nos llevamos a mis padres y espero que revivan con la misma ilusión la magia de aquella primera visita.

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