Ayer tuve el gusto de enseñar el parque a las "chicas coachsurferas", ver la cara de emoción, no tenía precio. Y es que el parque cambia mucho desde la perspectiva de alguien que va por primera vez.

Cuando entras, no sabes nada de Mediterránea, solo ves la imagen de un pueblo costero, no sabes que cuando no existía "Furius" era más bello. Tu vista, solo ve lo que es, algo precioso y entrañable.

Por vez primera, ves una aventura acuática en el simulador del S.O., no sabes que antes hubo un cierto delfín llamado Sammy que hacia las delicias de los pequeños, solo vas inmerso en una montaña rusa bajo el mar, y como no te das cuenta, aplaudes. Ves a unas chicas poniéndose un pareo en Polynesia, no escuchas voces del pasado "3,2,1.. acción ¿Dónde está Johnny Mepeino?", solo ves una guapísimas, y simpáticas chicas que como sirenas te embelesan con sus coreografías.

Vemos una impresionante muralla china con un esqueleto de dragón detrás, (como los huesos son grises, me da igual el color elegido). No sabes que hubo una niña que se estrelló en un avión y descubrió una aventura, solo ves un espectáculo, estilo José Luis Moreno, que te gusta (quizás unas "escenas de matrimonio", no le vendrían mal).

Al seguir andando, nos vemos casi atrapados, por unas plantas enredaderas, que te dan la bienvenida a una jungla, en la que veras un templo maya (ni te das cuenta que es el mismo teatro que el que viste en China). Paseamos por un "Mexico lindo", con su flora, vemos "La hacienda", de los terratenientes, compramos en el mercadillo. No sabemos que "Lupita", buscaba novio para casarse.

Sin darnos cuenta, por arte de birlibirloque, estamos en la conquista del oeste. Sus carruajes, su tiovivo, la estación que nos lleva de vuelta al presente. No se ven los "indios", todo está colonizado, y como ya no fumamos, no vendrán "los bomberos a apagar el fuego". En el salón todo está controlado, no se busca a nadie para ser el sheriff.

Sin darnos cuenta, el día termina y tenemos que volver a nuestras monótonas vidas, a nuestros trabajos. Dejamos atrás las mil y una vivencias de un parque, que sin duda es, en dos palabras "im presionante".

Como se suele decir, "La incultura da la felicidad pues te sorprendes con todo."

Os dejo con la tira

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