El sábado, la alarma suena temprano. Hay que empezar a prepararse todo el equipo para poder esquiar. Este año, al ser solo 4, no hemos tardado tanto, pero el año pasado al ser 6 en la habitación tardamos mucho más, ya que entre bromas, compartir el baño o abrirlo con tarjetas de crédito mientras se cambia @sonia hace que pierdas tiempo, pero te ganes unas risas.

El desayuno ya estaba servido, así que cogimos fuerzas con el café con leche, zumo que parece de manzana pero es de naranja, croisants, tostadas y demás. Todas las montañas estaban nevadas, y las vistas que hay desde el comedor del albergue son increíbles, y parece un fono de pantalla de esos que hay en Windows tan bonitos y que parecen imposibles.

Todo estaba más nevado aún que la noche anterior, así que antes de empezar a subir por las montañas, paramos todos a poner las cadenas. Era la prueba de fuego, o de nieve en este caso, ya que ponerlas en el garaje, con el suelo llano, sin nieve y frío, puede parecer fácil, pero en la carretera, con el frío, todo nevado y el suelo congelado, es mucho más complicado, ¡Pero un aplauso para todos porqué lo consiguieron a la primera!

De mientras, los demás íbamos de coche en coche, nos tirábamos bolas de nieve, o incluso hacíamos lo que hemos visto en algunos dibujos animados: ponerse debajo de un árbol nevado, moverlo, y experimentar una tormenta de nieve.

Empezamos a subir, y pronto nos situamos por encima de las nubes, que parecíamos dioses, o incluso que podíamos ser los personajes de Bola de Dragón volando por una nube Kinder. Sí, nube Kinder, tal cual.

Como llegamos temprano, en un plis ya teníamos los esquís y tablas de hacer snow, así que empezamos a deslizarnos por la pista de principiantes, virgen aún con la nevada que había caído por la noche. Así que a cogerse de la cuerda, con la que te dejabas las manos, y a empezar a bajar hacia abajo.

Los que más saben, se cogieron el forfait, y @penya y @gaara fueron a estrenar sus cámaras para hacer onride, que llevaban en la cabeza. Una pasada, ¡y yo en cuanto empiece a trabajar me pienso comprar una!

Entre subir y bajar, alguna caída, era ya casi la hora de comer, en esas mesas tan bajas que con los descansos de los esquíes y el traje, no cabes de ninguna manera. Después de comer, @pato se trajo unos termos con chocolate caliente, que entró muy y muy bien, acompañado con la tarta sorpresa de cumpleaños, que cortamos junto con @gemix con su cuchillo de ensaladas, mientras la tarta se resistía a ser cortada. Y es que lo que creíamos que era una base de chocolate blanco, y que costaba mucho cortar, era en realidad la base de cartón de la tarta. Sí, lo comprobamos cuando @isbael y @fernandete mordieron lo que parecía un apetitoso y enorme chocolate blanco, pero que en realidad era cartón.

Seguimos esquiando más, hubo alguna que otra caída, y ya justo cuando era la hora de irnos, @dkr decidió iniciarse en el snow, y no se le dio nada mal. Así que ya era hora de plegar, porqué a partir de las 5 de la tarde dejan suelta la mujer de las nieves para que arregle las pistas, y si le miras a la cara te quedas congelado para siempre.

Algunos decidieron ir a ver un lago, y los demás fuimos camino del albergue, a ducharnos y a reponer fuerzas.

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