No hay más que darse una vuelta por las galerías de fotos divertidas en montañas rusas para darse cuenta de que los visitantes gustan de infringir dos prohibiciones troncales en estas atracciones: hacerse selfies y sacar los brazos fuera del vagón.

El resultado de esta rebeldía debería ser cientos de usuarios mutilados y hospitales de campaña en las dependencias de los parques de atracciones, tanto de Disney como de la competencia. Y sin embargo, el personal suele salir con todos los miembros en su sitio. Esta feliz anomalía estadística hay que agradecérsela a la "cápsula de protección" que puedes ver en la foto, una coraza de más de cuatro metros de diámetro que se incorpora a los vagones de los roller-coaster durante su diseño y que simula la longitud máxima que puede alcanzar un brazo (o una pierna, u otra cosa) del usuario díscolo. Este vagón acorazado recorre las vías de la atracción, registrando cualquier contacto -por leve que este sea- entre la pieza y los rieles.

El invento fue desvelado por alguien que dice ser trabajador de Disney en Reddit, según cuenta el diario de Hollywood LaIST: "Esto significa que cuando el vagón va a 70 km/h puedes sacar los brazos y no resultar herido (dicho lo cual esto no es una buena idea, deja tus bracines dentro del vagón)", explica el tal EnglishMobster. Eso sí, el sistema no garantiza la supervivencia del palo de selfies, que añade un metro y medio de extensión artificial a la extremidad del bromista. Es por ello que Disney ha prohibido (sin éxito, de momento)hacerse selfies en sus atracciones más atribuladas.

Desde luego, no imaginamos a Disney publicitando sus atracciones con el reclamo "querías emociones y te fuiste con muñones", que es ni más ni menos lo que hizo The Swarm, atracción extrema de un parque de atracciones inglés que difundió un vídeo en el que varios dummies (los sufridos maniquíes de las pruebas) salían mutilados después de una vuelta en la atracción. Era un anuncio "con recado": la próxima vez, obedece las instrucciones… ¡muñón!.

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